Muchas personas dicen que no importa lo que leas siempre y cuando lo hagas, otras dicen que la calidad del texto importa mucho, y que de nada sirve leer "basura". No entraré en discusión sobre esto, lo que sí te puedo decir, es que amplíes tus horizontes, busca poco a poco lecturas más complejas que te enriquezcan. Enamórate de la lectura y después conviértela en un hábito.
Así que ahora, tú, que estás planeando escribir tu propia novela, te invito a que hagas lo siguiente:
Escoge uno de tus libros favoritos, uno que estés deseoso o deseosa de releer. ¡Pero no lo devores por mucho que te guste! Ve despacio, prestando atención a cada uno de los detalles. Una de las claves más importantes aquí, y lo será por el resto de tus días como escritor, es la observación. Sobre esto te hablaré con mucho más detalle en otro capítulo, por ahora, enfócate en el libro que está entre tus manos.
Nota la forma que tiene el autor de presentarte al personaje principal, lo que está sintiendo y el lugar donde se encuentra. Gracias a su forma de describir todo esto, es que tú puedes visualizar en tu mente lo que está aconteciendo.
¿Pero cómo lo hace? Describe. Y para describirlo, primero tuvo que observarlo.
Para un autor sería sencillo decir: "mientras caminaba por la calle, Ana veía casas, árboles y personas", pero esto no te transporta a ninguna parte, no te hace sentir dentro de la historia, por lo tanto, es incorrecto. Eso es nombrar cosas, no describirlas.
La literatura consiste en la descripción de las cosas, es convertir la imagen en tu cabeza en letras, de forma que se convierta en una imagen mental para otra persona. El problema radica en que muchas personas no saben cómo describir, por eso te aconsejo que, a la hora de releer ese libro que tanto te gusta, tomes notas en un cuaderno sobre lo que está describiendo el autor. El clima, la temperatura, si hay edificios, árboles, personas, animales, la forma en que describe al personaje, etcétera.
Una vez que lo tengas, haz este pequeño ejercicio:
Toma un cuaderno o abre el Word en tu computadora, y piensa lo que sientes en ese momento. A continuación, observa lo que hay a tu alrededor y descríbelo. Anota en ese lienzo en blanco las cosas que te rodean, el clima, la temperatura adentro y afuera de tu casa, y añade cómo te sientes en ese momento. Hazlo como si se lo relataras a otra persona, y después reléelo como si tú fueras esa otra persona.
¿Se parece en algo al texto del libro? No busques que sea igual, porque está lleno de otro detalles, pero sí presta atención a que las cosas estén bien descritas.
Sé que este ejercicio puede sonar algo raro, pero yo lo hice hace años, cuando cursaba clase de español. Y créanme, funciona para irnos adentrando en el mundo de la descripción, cosa en la que ahondaremos en el siguiente capítulo.
Espero que esto, aunque breve, te sirva de mucho.